martes, 6 de noviembre de 2007

A 11 meses del asesinato de Nora Dalmasso

A casi un año del asesinato de Nora Dalmasso los medios no dejan de escribir la vida privada de la victima y la de su familia.

Hasta el momento no se ha encontrado un culpable al asesinato de Nora Dalmasso, pero los medios se han encargado de desprestigiar y atentar contra la intimidad de la victima y la de su familia.

Otros prefieren no pensar en eso: sólo observan que, desde que ocurrió el crimen el 27 de noviembre, la noticia ha sido la más "consumida" por el público en todo el país y... facturan en consecuencia. Ni las papeleras ni el fallo sobre la pasificación superaron a la historia de la mujer ahorcada en su casa luego de tener relaciones sexuales consentidas, mientras su esposo y sus hijos estaban de viaje.
Hay todavía muchísimos temas de indudable interés público que no ocupan titulares en los principales diarios y canales de televisión del país. Las licitaciones públicas, la omisión en el control, los daños ambientales, la injerencia indebida en la Justicia, la infancia desprotegida, las redes de prostitución infantil, la ruta de la droga, el contrabando, las maniobras de evasión impositiva de grandes conglomerados económicos y los gastos reservados merecen el silencio de muchos, un silencio que se vuelve espeluznante. Tanto, como la irresponsable vocinglería que mató cien veces a Nora Dalmasso.
Varios son los artículos del Código de Ética de Fopea que no han sido respetados en la cobertura que los medios incluso varios de los que se dicen "serios" han realizado sobre el asesinato de Nora Dalmasso.
El ser periodista debería implicar el compromiso con la ética propia de la profesión, como el ser médico o ingeniero lo suponen. Esto deviene de que la información es un bien social y no simple mercancía.
Además, la libertad que se han tomado medios y periodistas con la vida personal de Dalmasso, han hecho de este caso, un morboso "hit del verano".

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